Cuando era pequeña me gustaba guardar los celofanes de bombones y
mantecados para realizar una tarjeta de Navidad. Las posibilidades de
conseguir diseños, papeles, incluso pegamento eran casi, casi nulas.
Después, el trabajo con los niños, me ha dado la posibilidad de realizar
portadas, tarjetas y manualidades varias (que suelo complicar bastante
para la edad de mis peques, la verdad).
Ni que decir tiene que acceder a gran cantidad de materiales
resulta ahora fácil y relativamente barato y lo que antes era "guardar
porquerías" ahora se llama "reciclar", por lo que me voy a dar el gusto
de subir a este rinconcito aquellas cositas que realice por el simple
placer de hacerlas.
La mayoría no son de inspiración propia, sino interpretaciones de
trabajos muy bonitos que podemos encontrar en la red a través de
video-tutoriales que muchos amantes de las manualidades ofrecen y
comparten de forma generosa.
Como la Navidad es una época muy propicia para todo tipo de trabajos, siempre te quedas con ganas de haber relizado alguna cosa más, pero llega enero y hay que dejarlo. Pero antes, guarda todo aquello que pueda servirte: Yo de momento he guardado las bolsas de papel de Zara, Women Secret y el Corte Inglés y un papel de regalo de doble cara. Ah, y la trasera de una revista.
Como me apetecía tener un pequeño detalle con la seño de mi peque, recurrí a los socorridos bombones. Como cualquier obsequio gana con la presentación me puse manos a la obra:
El papel es de doble cara rojo y verde y lo encontré en Lidl. La etiqueta está adornada con washi y un troquelado en forma de angelito. Para el falso pespunte y las letras usé un boli de gel plateado. Las esquinas están hechas con unas tijeras de ondas y la cinta es reciclada.
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